disturbios en China
© DesconocidoLas personas en el centro de China se reunieron para protestar contra un hospital después de que una mujer embarazada murió mientras estaba bajo su cuidado, a la familia no se le dio una explicación.
Una protesta masiva estalló entre oficiales de policía y ciudadanos locales en el centro de China por la inexplicable muerte de una mujer embarazada dentro de un hospital.

A la mujer, Li Liuli, el personal del Hospital Central del Condado Jianli en la provincia de Hubei le practicó una cesárea hace más de una semana, pero un día después sufrió una hemorragia cerebral y murió el 17 de enero.

La familia de Li se reunió frente al hospital con su cuerpo, exigiendo saber cuál fue la causa de su muerte, llevando una pancarta en la que se podía leer: "Mi bebe perdió a su madre por doctores incompetentes".

Las autoridades locales del Partido Comunista Chino enviaron a policías antidisturbios a tomar el cuerpo y se enfrentaron con los miembros de la familia. Esto llevó a miles de personas a protestar frente al hospital, trayendo más heridos y detenciones.

Un coche de policía fue volcado y muchos otros fueron destrozados por manifestantes enojados, dijeron testigos a un periodista de La Gran Época.

El señor Li, un pariente de la mujer fallecida que no quiso dar su nombre completo, dijo a La Gran Época que la policía "golpeaba a todo el que veía" durante la manifestación, luego de que intentaran llevarse el cuerpo de la mujer en un coche.

"Dos miembros de nuestra familia fueron arrestados y aún siguen detenidos" continuó diciendo. "El cuerpo se encuentra ahora en la funeraria".

Agregó que las autoridades locales tomaron el cuerpo sin adherirse a los procedimientos legales adecuados, mientras que "el hospital no dio ninguna explicación sobre la causa de la muerte". El Partido Comunista Chino es "muy corrupto", dijo.

Durante las manifestaciones, Li contó que fueron enviados siete u ocho policías antidisturbios y además 100 policías vestidos de civil y uniformados. Calcula que se reunieron entre 7.000 y 8.000 personas, algunas de las cuales solo estaban de paso, pero se sumaron a la conmoción.

"Los policías golpearon a todos los que podían alcanzar con los bastones; algunos fueron golpeados con tanta fuerza que sus cabezas estaban sangrando y hasta ahora continúan hospitalizados. Cuatro o cinco personas resultaron gravemente heridas", dijo una víctima de apellido Li a La Gran Época.