Mapocho incaico
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El arqueólogo Rubén Stehberg del Museo Nacional de Historia Natural de Chile y el investigador Gonzalo Sotomayor, en su estudio sobre el centro urbano de Mapocho, la ciudad inca oculta bajo Santiago, evidenciaron la existencia de una red vial que sustentó el desarrollo político de la población.

Los caminos salían del centro de Santiago en todas las direcciones, pero uno de ellos, el llamado Qhapaq Ñam, o camino principal permitió a los indígenas comunicarse con la población de los valles transversales y abrirse paso hacia los 'Promaucaes', término que se refiere a los enemigos del inca, los Mapuches del sur.

Desde este camino accedieron hacia el oriente por una vía al centro oeste argentino y por el norte al resto del Tawantinsuyu (Imperio Inca) con el camino que pasaba por el Aconcagua y Coquimbo, hasta Cuzco, Perú.

Camino al norte

En el caso del norte "el Qhapaq Ñam "penetraba a la cuenca de Mapocho por el cordón (montañoso) de Chacabuco, (valle de) Colina (al norte de Santiago), Huechuraba y proseguía por la antigua calle Cañadilla, hoy avenida Independencia hasta cruzar el río Mapocho para avanzar, suponemos, por calle Puente hasta llegar hasta la actual Plaza de Armas", describen los autores del estudio Mapocho Incaico.

Al nivel de lo que hoy es el túnel vehicular de Chacabuco, Rubén Stehberg señala que hay pinturas rupestres en la caverna llamada Iglesia de Piedra.

"Allí se representó una figura humana esquemática con túnica ajedrezada y una hilera de rombos en traslación y dos triángulos en sus extremos", describe el historiador J. Berenguer, y explica que es un diseño emblemático representando al ejército incaico, según cita Stehberg y Sotomayor en su estudio.

El límite oriente de la propiedad de Pedro de Valdivia daba al tramo de Colina de este camino. El arqueólogo recurrió a los documentos legales sobre posesión de tierras donde se archivaron los relatos de testigos.

En uno de estos ejemplos encontrados en el Archivo Histórico del Ministerio del Interior de Chile en una audiencia correspondiente al año 1604 en relación al Valle de Lampa (Fondo real Vol. 1978, pieza 1), un testigo describe con un viejo estilo castellano esta parte norte del camino a la cual los españoles llamaron Camino de Chile.

"El camino antiguo que llaman 'Chille' del Inca pasa por junto a Colina", dijo, y relató que por ahí caminaban los incas desde y hacia Coquimbo. Además advierte que estaba señalado por piedras en cada uno de sus lados y eran 45 años que lo conocía.

En uno de los históricos pleitos por las tierras de Santiago, entre los herederos del Capitán Bernabé de Armijo y Juana de la Cueva, por la chacra grande de Huechuraba, que figura en documentos de la Real Audiencia Volumen 321 de 1613 también se hace referencia al camino de Chile, destaca el estudio.

A su vez en un trazado de un Plano de Francisco Luis Besa del 26 de agosto 1641 se nombra y se dibuja esta ruta norte entre Huechuraba Conchalí y el Río Mapocho, confirmando el "Camino de Chille" en él.

Según el estudio de Stehberg y Sotomayor, el procurador de Santiago, en 1795 señaló a su vez que "los papeles del Archivo de este Ilustre Cabildo", informaba que el camino de Chile era "el que los indios de Mapocho y los de la Ciudad trajinaban al valle de Chile y sus minas que estaban cercanas en que continuaron también los españoles". Escrito en el archivo del Convento Santo Domingo.

La palabra Chile finalmente se usó para todo el país, según el historiador el Padre Rosales, por Pedro de Valdivia. "Fue el primero que llamó 'Chille' a cierto punto de aquel valle [de Colina], tal vez por la vecindad del camino de aquel nombre. No consta que así lo denominaran los naturales del suelo", según cita el estudio Mapocho Incaico.

Camino al Sur

Desde el camino principal Qhapaq Ñan hacia el sur, salía un importante brazo del camino hacia el cerro Pukara de Chena, ubicado en San Bernardo en el kilómetro 27 al Sur de Santiago, una fortaleza incaica del siglo XV.

Las ruinas del lugar fueron descubiertas en 1925 y se estima que se edificaron unos 60 años antes de la conquista, según publicaciones Chile. Consiste en un conjunto de nueve recintos que están en la cima del cerro con dos muros básicamente defensivos que lo rodean.

Según estudios analizados por Ruben Stehberg, el lugar representa una fgura de un animal a semejanza de la ciudad de Cuzco. Cada parte del animal indica una orientación astronómica o una fecha calendario como un solsticio. El lugar pudo ser ocupado por astrónomos.

Este brazo hacia el sur también une la cuenca de Rancuagua, donde se ubica el Pukara de Cerro Grande de la Compañía. Este cerro tiene en sus recuentos históricos (video) una ocupación de Picunches hasta 1030 d. C, y luego una ocupación de la cultura Aconcagua hasta la entrada del período diaguita incaico. Se usó como un fuerte, y para la recolección de alimentos.

Volviendo al camino principal al Sur, conocido también como el camino de los Promaucaes, que salía desde la plaza de armas, el arqueólogo Stehberg propone que corresponde al citado en los mapas como Camino del Puente. El camino atravesaba el río Maipo a corta distancia de la desembocadura del río Claro.

Desde el margen norte del río Maipo, el camino se cruzaba con otro sendero transversal, también incaico que, "se internaría a la montaña (Los Andes) por el río Maipo". Luego cruzando "el portezuelo de Piuquenes se accedía a la otra vertiente de los Andes", dice Stehberg, citando un estudio de Cornejo de 2006, referente al paso por Los Andes hacia el lado de Argentina.

Mapas coloniales muestran que al camino en Santiago era conocido como camino del Puente Antiguo o Camino Real del Puente. Además contaba con otros caminos paralelos.

En esta ruta de los Promaucaes, rumbo al valle del Cachapoal, exactamente en el sector del paso de Chada, el paisaje fue ritualizado, señala el estudio, "mediante la veneración de una caverna que denominaron "guara wasi" (Guaira wasi) o casa del viento en idioma quechua".

Stehberg en otro estudio de 1997, señala que ahí existe una sofisticada construcción ceremonial de muros perimetrales bajos. "En ella estaban presentes los principios de la bi, tri y cuatripartición", dice al describir las construcciones incaicas que requerían conocimiento de arquitectura.

Del camino principal al Sur salía otro camino, el Camino Cerro de la Cabra que no atravesó el Maipo pero se internó a una mina de la pre cordillera.

Otros caminos

Otros tramos que no cuentan con evidencias son las líneas de eje trazadas por los descubrimientos arqueólogos. Un tramo va desde la plaza incaica por la calle Catedral hasta avenida Matucana del actual Santiago.

Un segundo tramo es el que va de la plaza incaica hacia el oriente siguiendo por el actual Apoquindo, Vitacura y la Dehesa hacia el cerro El plomo.

El tercero va de orientación Norte Sur, paralelo al camino del Puente y sirvió para unir la chacras fértiles de la pre cordillera, desde La Dehesa y Apoquindo hacia Tobalaba, Peñalolén, Macul y Ñuñoa y las de Pirque en el lado sur del Maipo. Se unía al Camino del Puente Antiguo y seguía hasta Huequén (poblado de Paine en Maipo) y el Cordón de Angostura.

Esta era una ruta que conectaba, mediante senderos laterales, al Cementerio de La Reina, a Pérez Rosales con Avenida Larraín, Calle Javiera Carrera 346, Tobalaba y Los Guindos, todos lugares donde se encontraron evidencias arqueológicas incas.

Existió otro camino llamado el Camino de la Guaca que unía Quilicura con Cerro Navia y el centro de Mapocho y que debió cruzar el río.

Existen diferentes posturas entre los arqueólogos al abordar el tema de los incas en Chile. Los nuevos hallazgos fortalecen la postura de que ellos ocuparon el valle entre el río Mapocho y el río Maipo de Chile antes de la llegada de los españoles.

Se desarrollaron en la agricultura y la minería, para lo cual usaron importantes vías de comunicación expeditas y seguramente su organización política y de las fuerzas armadas dominaban las otras poblaciones indígenas propias de la región.